POR GULILLERMO CAMACHO CABRERA
Las fatalidades por siniestros viales continuaron en ascenso en Colombia en 2019 de acuerdo con la estadística del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF). Murieron en Colombia ese año 6.892 personas a causa de la siniestralidad vial. De estas 461 fueron niños, niñas y adolescentes y 1.475 mayores de 60 años. Sorprende la proporción de fatalidades en menores de 18 años, que es similar en sectores urbanos (44 %) y rurales (45 %).
Muchos llaman a la siniestralidad vial ‘la otra pandemia’. Esta caracterización se debe al número de muertes y lesiones que produce cada año y que afecta a todos los países del mundo ya sea en mayor o menor cantidad, dependiendo del grado de desarrollo, del nivel de riqueza o de pobreza.
La gran diferencia con una pandemia como la que vive hoy el planeta por el coronavirus Covid-19 es que esta es producto de una enfermedad infecciosa o contagiosa. La siniestralidad vial no. No hay un virus que la transmita ni un microorganismo, hongo o bacteria que la produzcan.
Como la siniestralidad vial no es una enfermedad de tipo viral o bacterial, aunque pueda parecerlo, se previene interviniendo, en preferencia de forma simultánea, los factores externos que la producen.
Se conocen tres factores que desencadenan los siniestros viales: el humano, el vehículo y la infraestructura. Los siniestros en el tránsito son multicausales.
A los tres factores podemos sumar las interacciones entre las personas de acuerdo con sus roles en las vías. Estos dependen del vehículo en el que se desplazan (conductores de vehículos livianos o pesados, de moto, bicicleta, patineta, a pie) o del modo de transporte que usan ya sea motorizado o no motorizado. También, de la posición de control del vehículo que toman (conductores o pasajeros).
En los siniestros viales Inciden igualmente las leyes de la física.
Desde hace algunos años, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay que fortalecer técnicamente y con recursos a las instituciones de los gobiernos junto con la educación para mejorar la prevención de las fatalidades y las lesiones en el tránsito.
Colombia no escapa al problema de salud pública que representan los siniestros viales que cada año le cuestan al país cerca de USD 11.370 millones, de acuerdo con el documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social CONPES 3764 de agosto de 2013.
Recientemente, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) publicó las estadísticas de muertes en eventos de transporte para el año 2019. Un ejercicio similar hicieron el Ministerio de Salud y Protección Social y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) de Colombia con la publicación del ‘Anuario Nacional de Siniestralidad Vial Colombia 2019’.
Hoy tomamos como referentes los datos del INMLCF en su publicación digital Forensis 2019, por la facilidad de comparar con el histórico desde 1999 y porque incluyen un aspecto muy importante para el tema que nos ocupa: registran las estadísticas de fatalidades en niños y niñas.
En efecto, mientras el Ministerio de Salud y Protección Social y la ANSV refieren las estadísticas para los grupos de edad por quinquenios, el INMLCF los hace disgregando las edades hasta los 17 años, es decir referidas a las personas menores de 18 años.
La Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN), ratificada por el Congreso de Colombia mediante la Ley 12 de 1991, entiende por niño a todo ser humano menor de 18 años de edad. En armonía, el Código de la Infancia y la Adolescencia de Colombia (Ley 1098 de 2006) entiende por niño o niña las personas entre los 0 y los 12 años y por adolescente las personas entre 12 y 18 años de edad (art. 3º).
De acuerdo con la estadística del INMLCF, en Colombia fallecieron 6.892 personas en 2019 en eventos de transporte. Comparado el número con el indicador más bajo de la década (5.704 decesos en 2010), el incremento es de 17 %.
La tasa de fallecimientos por eventos de transporte en Colombia para 2019 es de 13,9 x 100.000 habitantes, que es menor que el promedio de la región de Las Américas (15,6 x 100.000 hab.) y mayor en casi cinco puntos al promedio de la tasa de países europeos (9,3 x 100.000 hab. para 2018).
Del total de fatalidades en 2019, 82 % corresponden a hombres y 18 % a mujeres, en tanto que cerca de 7 % corresponden a niños y niñas. De estas, la mayor proporción se da en adolescentes (15 a 17 años), con 52 %, seguidas por niños y adolescentes de 10 a 14 años con 21 %. Vale resaltar que en 2019 las fatalidades en niños, niñas y adolescentes disminuyeron de 514 a 461 en total.
30 % de las víctimas de siniestros viales en Colombia en 2019 menores de 18 años corresponden a niñas y 70 % a niños. Sorprende que la proporción de fatalidades en menores de 18 años sea casi igual en sectores urbanos (44 %) que rurales (45 %). Para las niñas y adolescentes este porcentaje es mayor en áreas rurales (50 %) que en zonas urbanas (42 %).
Por condición de las víctimas, 173 niños, niñas y adolescentes fallecieron como conductores de vehículos, 195 como pasajeros y 92 como peatones. En Colombia únicamente se puede obtener la licencia de conducción a partir de los 16 años de edad.
Al revisar las cifras de acuerdo con el medio de desplazamiento o transporte, 216 niños, niñas y adolescentes (47 % del total de menores de 18 años fallecidos en eventos de transporte) murieron en condición de ocupantes de motocicletas (ya sea como conductores o como pasajeros).
Por otra parte, 21 % del total de fallecimientos en eventos de transporte en 2019 en personas de todas las edades ocurrieron en el grupo de mayores de 60 años para un total de 1.475 fatalidades.
El panorama de la seguridad vial en Colombia continúa siendo extremadamente grave.
VIA REVISTA ENFOQUE
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