Por: Oscar Manco Espeleta
No sé en qué momento, dejamos de mirar el bien como nuestra guía general para hacer todas las cosas y aceptamos que cualquier camino es bueno para alcanzar un objetivo.
No sé en qué momento, dejamos de disfrutar el éxito y el bienestar de los demás para alegrarnos del mal ajeno.
No sé, en qué momento perdimos los buenos modales y pasamos a ser una sociedad inculta en el tema de la urbanidad y el protocolo.
No se, en qué momento, se volvio normal, hablar mal de los demás y encontrar eco a la difamación, la calumnia y la mentira.
No sé, desde qué momento, lo inmoral es presentado con la aberrante aceptación publica y el silencio inicuo de la impotencia.
No sé, desde que instante de la historia, los valores eticos y morales, fueron transformados por conductas inapropiadas, vulgares e indecentes.
No sé desde cuándo, es tan difícil, dar las horas, saludar, pedir perdón, honrar a los mayores, respetar las autoridades, enseñar a los hijos, dialogar, respetar la ciudad, valorar la familia, cuidar el cuerpo, respetar lo ajeno, ayudar a los demás y amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo, como a mí mismo.
No sé porque las innovaciones tecnológicas, envés de servir para avanzar hacia una sociedad, justa, sana y equitativa, se han convertido en instrumento del mal, como la pornografía, la difamación de noticias falsas para dañar al prójimo y el robo virtual, entre otros.
No sé desde que momento, dejamos de vivir en un ambiente sano, motivados por el amor y pasamos a respirar un ambiente de egoísmo, odios, resentimientos y orgullo.
No sé en que momento, el diagnóstico y la critica, se convirtieron en el objetivo principal y las propuestas para una sociedad sana, dejaron de ser lo importante.
Somos el resultado de lo que hemos decido o de lo que otros han decidido.
Podemos decidir cambiar el rumbo de nuestra sociedad!
Es solo una reflexión para ti y para mí.
Yo ya decidí.
No sé en qué momento, dejamos de disfrutar el éxito y el bienestar de los demás para alegrarnos del mal ajeno.
No sé, en qué momento perdimos los buenos modales y pasamos a ser una sociedad inculta en el tema de la urbanidad y el protocolo.
No se, en qué momento, se volvio normal, hablar mal de los demás y encontrar eco a la difamación, la calumnia y la mentira.
No sé, desde qué momento, lo inmoral es presentado con la aberrante aceptación publica y el silencio inicuo de la impotencia.
No sé, desde que instante de la historia, los valores eticos y morales, fueron transformados por conductas inapropiadas, vulgares e indecentes.
No sé desde cuándo, es tan difícil, dar las horas, saludar, pedir perdón, honrar a los mayores, respetar las autoridades, enseñar a los hijos, dialogar, respetar la ciudad, valorar la familia, cuidar el cuerpo, respetar lo ajeno, ayudar a los demás y amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo, como a mí mismo.
No sé porque las innovaciones tecnológicas, envés de servir para avanzar hacia una sociedad, justa, sana y equitativa, se han convertido en instrumento del mal, como la pornografía, la difamación de noticias falsas para dañar al prójimo y el robo virtual, entre otros.
No sé desde que momento, dejamos de vivir en un ambiente sano, motivados por el amor y pasamos a respirar un ambiente de egoísmo, odios, resentimientos y orgullo.
No sé en que momento, el diagnóstico y la critica, se convirtieron en el objetivo principal y las propuestas para una sociedad sana, dejaron de ser lo importante.
Somos el resultado de lo que hemos decido o de lo que otros han decidido.
Podemos decidir cambiar el rumbo de nuestra sociedad!
Es solo una reflexión para ti y para mí.
Yo ya decidí.
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