Por: Mario Ramirez Arbelàez.
Durante su campaña presidencial y ya electo, el nuevo presidente de los colombianos Iván Duque, ha mostrado en el tema internacional su intención de propender por la caída del vecino presidente de Venezuela Nicolás Maduro. Ya anuncio que no enviara embajador mientras no cambie la situación, pide la disolución de Unasur y viajo a los Estados Unidos para unificar criterios entre otros temas, en torno a las acciones a seguir frente al gobierno del vecino país.
Colombia siempre ha sido neutral en cuanto la autonomía de cada nación de solucionar sus problemas políticos internos, pero ahora cambian las reglas del juego y el país se puede estar involucrando en una “guerra” contra el régimen de Maduro que tendría como fachada la grave situación humanitaria y económica que atraviesa el vecino país, pero que en el fondo son las grandes reservas petroleras que posee. En la medida en que el oro negro se agota en el mundo las grandes potencias fijan sus miradas en los países que poseen reservas de este precioso líquido.
Regiones de Oriente medio y el norte de África ya una década atrás han sido escenario de las guerras sangrientas “petroleras” como en Irak y Libia. Sin embargo, el líder de las reservas probadas de hidrocarburos es Venezuela. Y Caracas no tiene la intención de entregar el libre acceso a sus reservas y a la explotación de sus hidrocarburos.
De acuerdo con las directrices del Presidente Trump, Washington tiene la intención de ampliar el alcance del uso de sus fuerzas armadas para la defensa de los intereses de Estados Unidos en todo el mundo. La presencia militar global requiere no sólo de los enormes costos financieros, sino también de la decisión de las cuestiones difíciles de la logística de los contingentes de tropas estadounidenses.
Ahora probablemente no se trate de intervención directo militar como en el caso de Irak. En primer lugar, las fuerzas armadas de Venezuela son algunos de las más fuertes en la América Latina. Y en segundo, no hay motivo serio para justificar la operación militar en las condiciones actuales.
Lo más probable es que los Estados Unidos van a lograr sus objetivos del futuro mediante la desestabilización de la situación interna en el vecino país, debilitando la dirección política del país, así como la agudización de contradicciones territoriales y la promoción de los conflictos armados con los países vecinos de Colombia, Brasil, Panamá y Guyana.
El gobierno estadounidense está haciendo grandes esfuerzos en la desestabilización de la situación política en Venezuela para lograr el cambio del poder en este país. Así, el ex-presidente de los Estados Unidos B.Obama en el 2015, anunció que Venezuela es una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Después de esto, Washington impuso sanciones económicas a Caracas. El actual jefe de la Casa Blanca D.Trump se adhiere de las miradas similares y se manifiesta en favor de una acción decidida.
El escenario basico de acción de Washington se puede encontrar en la amonestación (Training Circular) de la acción militar no tradiccional (AMT) que Implica la interacción de las fuerzas de oposición y patrocinadores extranjeros de la preparación psicológica de la población ,junto con esto, consecuentemente crea las condiciones para desestabilizar la situación en Venezuela, incluyendo el debilitamiento del sector petrolero.
En la segunda etapa se realiza el establecimiento de sinergias con fuerzas contra el gobierno. Como tercera y cuarta etapas indicado la penetración de las fuerzas de operaciones especiales en el territorio del estado y el establecimiento de contactos con la oposición, así como la formación, la capacitación y equipamiento de los combatientes de la resistencia, con énfasis en la creación de una infraestructura adecuada.
Después de la victoria de N.Maduro en las últimas elecciones presidenciales, celebradas el 20 de mayo, hay que esperar la transición a la quinta fase, que la instrucción americana define como la prestación de asistencia a los combatientes de la resistencia, con el fin de crear una eficiente organización de la oposición. El líder venezolano en poco tiempo, es probable se enfrentara con actuaciones masivas antigubernamentales que pueden dar inicio a la sexta etapa – el comienzo de la fase de combate AMT hasta el momento de la combinación con las fuerzas armadas o cese de las hostilidades.
La preocupación mundial, como el caso de Libia es que desestabilizado el poder central , derrocamiento de Gadafi y su posterior asesinato, tiene ese país sumido en un caos , con millares de inmigrantes muertos al tratar de atravesar el Mediterráneo rumbo a Europa.
Para nuestro país sería el caos porque si ahora la situación es grave, muy grave, con los inmigrantes recorriendo todas las ciudades algunos atracando otros durmiendo en los partes solicitando atención médica y mendigando un bocado para calmar el hambre, pues en caso de un enfrentamiento armado al interior de la vecina Venezuela seria imparable la avalancha de venezolanos buscando refugio en nuestro territorio.
La situación amerita cabeza fría, manejo internacional y apoyo humanitario para los inmigrantes, porque del contrario se convierte en una hecatombe político- humanitaria.
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