Una nueva generación emerge en el Tolima y regiones aledañas. Se relaciona con la mafia en ritos esotéricos, cambia de estatus y sus miembros son advenedizos millonarios. Investigador que conocía el tema murió en extrañas circunstancias.
El pasado 20 de julio y luego de 12 años de servicio en el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, CTI, Carlos Andrés García Rojas, técnico investigador murió tras ser atropellado momentos después de cumplir una extensa jornada de trabajo.
Era la media noche, la pandemia hacía estragos en esta población, la segunda más poblada del departamento del Tolima. Dos semanas atrás el alcalde había expedido un nuevo decreto extendiendo medidas sanitarias como toque de queda nocturno, aislamientos y restricción de la movilidad.
En todo el país regía la prohibición de fiestas, celebraciones, reuniones y cualquier actividad que generará aglomeración, consumo de licor e indisciplina social.
Pero en El Espinal no todos cumplían con la medida. Unos hacían reuniones, jugaban cartas y bebían con sus amigos. Otros iban más allá. Un grupo de jóvenes de fiesta, tomaban, bailaban y hasta alardeaban de sus fortunas derivadas de una práctica que ha tomado fuerza en la población, la brujería.
“Esta actividad ha venido en aumento en El Espinal, tiene aceptación y respaldo en muchos sectores. Lo que no es claro es quienes pagan tanto dinero por ese tipo de cosas y porque quienes dicen practicarla ganan tanto”, indicó a la Agencia de Periodismo Investigativo un funcionario judicial.
Un grupo también estaba departiendo con Sergio Duván Felipe Saenz Cardozo quien hacia la media noche embistió al funcionario judicial con la camioneta Mazda de placas IWU que conducía. Investigadores indagan si alguno de estos jóvenes hacen parte de los denominados “nuevos brujos”.
El vehículo quedó destrozado con el impacto pues luego de atropellar a García, chocó contra un árbol en la carrera novena entre calles décima y once.
Las autoridades iniciaron la investigación. El conductor de la camioneta Saenz Cardozo huyó del lugar, según la Fiscalía. Incluso se utilizaron drones, que entre otros asuntos detectaron que el vehículo iba a 100 kilómetros por hora en momentos de la colisión con la motocicleta que manejaba el agente del CTI.
Testigos indican que varios carros y motocicletas llegaron al lugar instantes después del accidente, en un hecho inédito en el municipio, para tratar de auxiliar al funcionario.
La investigación la asumió la Fiscalía 11 seccional de vida de Ibagué. Sin embargo, hay descontento porque este jueves en la tarde se realizará la imputación de cargos en contra del conductor del vehículo por el delito de homicidio culposo pero no se pedirá medida de aseguramiento privativa de la libertad.
El imputado Saenz Cardozo no acepta los cargos, niega que hubiese huido del lugar de los hechos, a través de su defensa considera que se trató simplemente de un accidente de tránsito y afirma que por el contrario ayudó a esclarecer el accidente.
Cinco meses antes de la muerte del funcionario del CTI, Delio Augusto Barrios, un ciudadano colombo peruano, señalado de ser el esotérico más reconocido de la población, fue asesinado al frente del Parque Mitológico, otras dos personas resultaron heridas.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores del caso es una disputa entre personas que practican el esoterismo o la brujería, que se ha convertido según los moradores en un motor de la economía.
“Se está investigando una relación entre esta actividad y narcotraficantes mexicanos, pues hay indicios que personas dedicadas a esta actividad prestan estos servicios a delincuentes, con la promesa que a través de ritos pueden evitar ser capturados”., indicó otra fuente policial.
En la población señalan que el esoterismo está presente, no solo en jóvenes, también se ha hecho extensivo a autoridades, políticos y comerciantes.
Registros locales dan cuenta de que en poblaciones como El Espinal, grupos de personas se están organizando a través de plataformas virtuales y desde allí efectúan prácticas esotéricas a clientes de todo tipo.
Según estimativos oficiales cerca de cien personas están dedicadas a esta actividad con dos premisas es rentable y por tratarse de virtualidad cualquier concepto que expresan no genera responsabilidad alguna.
“Hay casos de homicidio que los relacionan por esa disputa frente al número de clientes. Me refiero a qué hay personas que se inician en esto asociadas y está documentado que por diversas circunstancias se separan llevándose datos, contactos y clientela. Entonces allí vienen los ajustes de cuentas, de hecho ya son varios los asesinatos que tienen como una primera hipótesis esta situación”, asegura una fuente oficial que investiga el tema.
Tampoco se descarta que mediante esta actividad se estén efectuando operaciones relacionadas con lavado de activos producto del narcotráfico.
A su vez, uno de los familiares del investigador del CTI señaló, “esta familia perdió un hijo valioso y la Fiscalía un gran funcionario de policia judicial por cuenta de la nueva riqueza de los conocidos y mal llamados brujos, esperamos que se haga justicia”.
Padres de familia y habitantes de la región, están lanzando un sos a las autoridades nacionales. En medio de la pandemia, otro virus ataca a los jóvenes del Tolima y departamentos aledaños, el del dinero fácil mediante actividades poco santas, en medio del homicidio de un funcionario que aún no se aclara del todo.
vía API Agencia de Periodismo Investigativo Norbey Quevedo
Leave a Comment